MEGAFAUNA DE LAS
ISLAS DEL MEDITERRÁNEO.
Un apartado apasionante dentro del tema de la megafauna del Pleistoceno es el que hace referencia a la megafauna insular, donde se dan dos características que en principio pueden antojarse como contradictorias... esto es, por un lado, la megafauna tiende al enanismo y por otro la microfauna suele tender al gigantismo.
Los grandes animales al quedarse encerrados dentro de una isla y, por tanto, tener a mano una cantidad limitada de alimento han de reducir forzosamente su tamaño si no quieren verse abocados a la extinción por inanición. Por contra los pequeños animales, dado su tamaño, sí disponen sobradamente de alimento y pueden crecer en tamaño. Además a las islas suelen arribar un número limitado y aleatorio de especies por lo que quedan nichos ecológicos por ocupar y, muchas veces, hay una falta de depredadores o al menos de grandes depredadores. Este último hecho provoca varios cambios anatómicos... Uno sería tanto el enanismo como el gigantismo al no existir el peligro de los superpredadores, otro sería el acortamiento de las extremidades (no necesitan salir a la carrera) o, en algunos casos, la visión estereoscópica en vez de lateral, no apta para detectar depredadores pero sí para calcular mejor las distancias.
Una vez aclarado esto voy a centrarme en una de mis favoritas: la megafauna de las grandes islas del mar Mediterráneo; Chipre, Creta, Cícladas, Sicilia, Malta, Córcega, Cerdeña y Baleares. La pregunta más obvia que me vino a la cabeza fue: si en las grandes islas hubo animales como elefantes, mamutes, hipopótamos, cérvidos, cánidos, óvidos, etc... ¿cómo demonios arribaron a unas islas en muchos casos separadas cientos de kilómetros del continente? Vale que Sicilia-Malta (unidas durante un tiempo) o las Cícladas (entonces una gran isla) están bastante cerca del continente pero... ¿las Baleares, Córcega-Cerdeña (también unidas durante varios períodos), Creta o Chipre? Y me vino a la memoria el hecho de que el Mediterráneo llegó a estar prácticamente drenado... y así fue como llegó el traspaso de fauna continental a las grandes islas mediterráneas... Entre 5-6 millones de años atrás se produjo la llamada Crisis Salina Mesinense (por Mesina, en Sicilia, donde primero se encontraron los estratos salinos) cuando el Estrecho de Gibraltar se alzó debido a la orogénesis y el nivel del océano era más bajo (glaciaciones). Esto provocó el aislamiento del Mediterráneo del océano Atlántico. Al tener en sus orillas un clima templado-cálido se evaporó más agua del Mediterráneo de la que era aportada por los ríos que en el confluían. Así se produjo la desecación casi total del mar dejando algunos grandes lagos hipersalinos en el fondo y conectando, por lo tanto, las islas con el continente.
Puesto que hubo en algunos casos una fauna más o menos similar iremos viendo solamente los tipos de animales que se dieron a lo largo de las islas. Pero antes me gustaría resaltar alguna característica que considero interesantes dentro de lo extraordinario de aquella fauna. Uno es la gran cantidad y especies de paquidermos, tanto elefantes como mamutes que se dieron y en todas las islas excepto en las Baleares... En Creta, ¡incluso cuatro especies! También la variedad de especies de hipopótamos, descendientes todos al parecer del hippopotamus antiquus. En Cerdeña-Córcega hubo dos tipos diferentes de fauna: la fauna Nesogorale y Tyrrenicola... La primera era fauna con rasgos de enanismo insular cuyo animal referencia podíamos decir que es el Nesogoral sardo. La siguiente oleada fue la Tyrrenicola que casi no sufrió proceso de enanismo excepto el mumut sardo quizá debido a la presencia de predadores como el cuón de Cerdeña, una especie de hiena y, posiblemente, el hombre. Las islas Baleares fueron las únicas que no tuvieron ni elefantes ni hipopótamos aunque sí dos especies que existieron mientras Mallorca y Menorca no estuvieron unidas... El miotrago y el conejo gigante de Menorca. Ahora veremos alguna de esta megafauna por tipologías.
-Elefantes. Las islas del Mediterráneo fueron prolijas en especies enanas de paquidermos. Por un lado los del grupo elephas o paleoloxodon que fueron los siguientes: Paleoloxodon falconeri, el elefante de Sicilia, el más pequeño de todos, tenía 90 cm de alzada; elephas creutzburgi, elephas creticus y elephas chaniensis todos ellos de la isla de Creta y elephas cypriotes de la isla de Chipre, con 90-100 cm de alzada. En cuanto a los mamutes enanos tenemos mammuthus lamarmorae, de la isla de Cerdeña, con 140 cm de alzada y 750 kg, posiblemente descendiente del mamut de estepa (mammuthus trogontherii) en vez del mumut lanudo (mammuthus primigenius) y mammuthus creticus, el más pequeño. Como curiosidad decir que se considera que los cráneos de estos elefantes pudieron dar lugar a la leyenda de los cíclopes debido a la cuenca que presentan en el centro para la probóscide (trompa).
-Hipopótamos. Posiblemente, como ya hemos indicado, descendientes del hipopótamo antiguo, hubo varias especies... Hippopotamus pentlandi, en Sicilia, con 320 kg fue uno de los más pequeños, hippotamus melitensis en Malta; hippopotamus creutzburgi, de Creta, donde encontramos dos subespecies: hippopotamus creutzburgi creutzburgi e hippopotamus creutzburgi parvus (este más pequeño) y por último la especie de hipopótamo más pequeña conocida de todas, hippopotamus minoris, de Chipre, con 200 kg y 76 cm de alzada.
- Resto de herbívoros. Empecemos por los óvidos: quizá el caso más característico de endemismo insular, el miotrago (myotragus balearicus). A pesar de se consideró una cabra extraña (su nombre significa cabra-rata de las baleares) los análisis genénicos han revelado que estaba más emparentada con las ovejas. Debido a la insularidad y la falta de depredadores desarrolló ciertas características anatómicas como el enanismo (50 cm de alzada y 50-70 kg de peso), la visión frontal (estereoscópica) y unas patas proporcionalmente cortas que los hacía más lentos. Se extendía por Mallorca, Cabrera, Dragonera y , posteriormente, por Menorca. El otro óvido endémico fue el nesogoral de Cerdeña y Córcega (nesogoral melonii).
Cérvidos: principalmente el megazeros cazioti, con 1 m de alzada, emparentado con el famoso alce irlandés (el mayor de los cérvidos) y, por lo tanto con el gamo. Otra especie sarda fue el praemegazeros cazioti; en Creta hubo hasta ocho especies de cérvidos del género candiocervus, con una cornamenta característica en forma de espátula y cuya especie más pequeña medía 40 cm de alzada y la mayor 165 cm.
En Chipre hubo caballos y la gacela (dama mesopotamica).
-Pequeños mamíferos que sufrieron gigantismo. Quizá el más paradigmático fue el conejo gigante de Menorca, nuralagus rex. Se cree que podía sobrepasar los 23 kg, poseía un cráneo y unos orificios auriculares y oculares más pequeños además de ser totalmente plantígrado y con pies y manos cortos y anchos al igual que sus extremidades, una cuarta parte más cortas. Esto fue debido a la ausencia de depredadores. Se extinguió antes de la llegada del hombre probablemente por la competencia de otros animales como el miotrago cuando Menorca y Mallorca quedaron unidas por un istmo al bajar el nivel del mar durante las glaciaciones. El otro gran lagomorfo fue la pika sarda, prolagus sardus, que se extinguió a finales del siglo XVIII o principios del XIX.
También hubo lirones gigantes, hynomys mahonensis e hynomys morpheus en las Baleares o Leithia melitensis en Sicilia-Malta. Terminamos con musarañas gigantes en varias islas del género Nesiotites.
-Carnívoros y omnívoros. El cuón sardo (cynotherium sardous) es el único ejemplo conocido de cánido insular, también sufrió el proceso de enanismo.
Chasmaporthetes Melei en Cerdeña-Córcega. Fue una hiena de un género ya extinto, que, además fue cazadora y no carroñera. Sus características fisiológicas la asemejaban a los grandes felinos.
Dos especies conocidas de cerdos (suus) en Cerdeña-Córcega y Chipre.
Una especie de primate en Cerdela-Córcega, el macaca maiori y una especie de nutria en Creta, lutrogale isolalutra.
Mención aparte merece la foca monje, monachus monachus, hoy en grave peligro de extinción y endémica de la cuenca mediterránea y Macaronesia.
-En cuanto a las aves solo mencionaré tres que sufrieron el proceso de gigantismo: Tyto baleárica, la lechuza gigante que pesaba sobre 3 kg y tenía 150 cm de envergadura. Se creía un endemismo balear pero recientemente se han descubierto sus restos en la Península Ibérica, Sur de Francia e Italia. El cisne gigante de Sicilia, el mayor que ha existido, cygnus falconeri, con 150-200 cm de altura y 20-30 kg de peso, probablemente no podía volar. Por último el alca imperial (pinguinus impeni) cuya distribución por el Sur llegaba hasta el Mediterráneo.
Miguel Milla Valdivia.
ISLAS DEL MEDITERRÁNEO.
Un apartado apasionante dentro del tema de la megafauna del Pleistoceno es el que hace referencia a la megafauna insular, donde se dan dos características que en principio pueden antojarse como contradictorias... esto es, por un lado, la megafauna tiende al enanismo y por otro la microfauna suele tender al gigantismo.
Los grandes animales al quedarse encerrados dentro de una isla y, por tanto, tener a mano una cantidad limitada de alimento han de reducir forzosamente su tamaño si no quieren verse abocados a la extinción por inanición. Por contra los pequeños animales, dado su tamaño, sí disponen sobradamente de alimento y pueden crecer en tamaño. Además a las islas suelen arribar un número limitado y aleatorio de especies por lo que quedan nichos ecológicos por ocupar y, muchas veces, hay una falta de depredadores o al menos de grandes depredadores. Este último hecho provoca varios cambios anatómicos... Uno sería tanto el enanismo como el gigantismo al no existir el peligro de los superpredadores, otro sería el acortamiento de las extremidades (no necesitan salir a la carrera) o, en algunos casos, la visión estereoscópica en vez de lateral, no apta para detectar depredadores pero sí para calcular mejor las distancias.
Una vez aclarado esto voy a centrarme en una de mis favoritas: la megafauna de las grandes islas del mar Mediterráneo; Chipre, Creta, Cícladas, Sicilia, Malta, Córcega, Cerdeña y Baleares. La pregunta más obvia que me vino a la cabeza fue: si en las grandes islas hubo animales como elefantes, mamutes, hipopótamos, cérvidos, cánidos, óvidos, etc... ¿cómo demonios arribaron a unas islas en muchos casos separadas cientos de kilómetros del continente? Vale que Sicilia-Malta (unidas durante un tiempo) o las Cícladas (entonces una gran isla) están bastante cerca del continente pero... ¿las Baleares, Córcega-Cerdeña (también unidas durante varios períodos), Creta o Chipre? Y me vino a la memoria el hecho de que el Mediterráneo llegó a estar prácticamente drenado... y así fue como llegó el traspaso de fauna continental a las grandes islas mediterráneas... Entre 5-6 millones de años atrás se produjo la llamada Crisis Salina Mesinense (por Mesina, en Sicilia, donde primero se encontraron los estratos salinos) cuando el Estrecho de Gibraltar se alzó debido a la orogénesis y el nivel del océano era más bajo (glaciaciones). Esto provocó el aislamiento del Mediterráneo del océano Atlántico. Al tener en sus orillas un clima templado-cálido se evaporó más agua del Mediterráneo de la que era aportada por los ríos que en el confluían. Así se produjo la desecación casi total del mar dejando algunos grandes lagos hipersalinos en el fondo y conectando, por lo tanto, las islas con el continente.
Puesto que hubo en algunos casos una fauna más o menos similar iremos viendo solamente los tipos de animales que se dieron a lo largo de las islas. Pero antes me gustaría resaltar alguna característica que considero interesantes dentro de lo extraordinario de aquella fauna. Uno es la gran cantidad y especies de paquidermos, tanto elefantes como mamutes que se dieron y en todas las islas excepto en las Baleares... En Creta, ¡incluso cuatro especies! También la variedad de especies de hipopótamos, descendientes todos al parecer del hippopotamus antiquus. En Cerdeña-Córcega hubo dos tipos diferentes de fauna: la fauna Nesogorale y Tyrrenicola... La primera era fauna con rasgos de enanismo insular cuyo animal referencia podíamos decir que es el Nesogoral sardo. La siguiente oleada fue la Tyrrenicola que casi no sufrió proceso de enanismo excepto el mumut sardo quizá debido a la presencia de predadores como el cuón de Cerdeña, una especie de hiena y, posiblemente, el hombre. Las islas Baleares fueron las únicas que no tuvieron ni elefantes ni hipopótamos aunque sí dos especies que existieron mientras Mallorca y Menorca no estuvieron unidas... El miotrago y el conejo gigante de Menorca. Ahora veremos alguna de esta megafauna por tipologías.
-Elefantes. Las islas del Mediterráneo fueron prolijas en especies enanas de paquidermos. Por un lado los del grupo elephas o paleoloxodon que fueron los siguientes: Paleoloxodon falconeri, el elefante de Sicilia, el más pequeño de todos, tenía 90 cm de alzada; elephas creutzburgi, elephas creticus y elephas chaniensis todos ellos de la isla de Creta y elephas cypriotes de la isla de Chipre, con 90-100 cm de alzada. En cuanto a los mamutes enanos tenemos mammuthus lamarmorae, de la isla de Cerdeña, con 140 cm de alzada y 750 kg, posiblemente descendiente del mamut de estepa (mammuthus trogontherii) en vez del mumut lanudo (mammuthus primigenius) y mammuthus creticus, el más pequeño. Como curiosidad decir que se considera que los cráneos de estos elefantes pudieron dar lugar a la leyenda de los cíclopes debido a la cuenca que presentan en el centro para la probóscide (trompa).
Paleoloxodon falconeri. |
-Hipopótamos. Posiblemente, como ya hemos indicado, descendientes del hipopótamo antiguo, hubo varias especies... Hippopotamus pentlandi, en Sicilia, con 320 kg fue uno de los más pequeños, hippotamus melitensis en Malta; hippopotamus creutzburgi, de Creta, donde encontramos dos subespecies: hippopotamus creutzburgi creutzburgi e hippopotamus creutzburgi parvus (este más pequeño) y por último la especie de hipopótamo más pequeña conocida de todas, hippopotamus minoris, de Chipre, con 200 kg y 76 cm de alzada.
- Resto de herbívoros. Empecemos por los óvidos: quizá el caso más característico de endemismo insular, el miotrago (myotragus balearicus). A pesar de se consideró una cabra extraña (su nombre significa cabra-rata de las baleares) los análisis genénicos han revelado que estaba más emparentada con las ovejas. Debido a la insularidad y la falta de depredadores desarrolló ciertas características anatómicas como el enanismo (50 cm de alzada y 50-70 kg de peso), la visión frontal (estereoscópica) y unas patas proporcionalmente cortas que los hacía más lentos. Se extendía por Mallorca, Cabrera, Dragonera y , posteriormente, por Menorca. El otro óvido endémico fue el nesogoral de Cerdeña y Córcega (nesogoral melonii).
Cérvidos: principalmente el megazeros cazioti, con 1 m de alzada, emparentado con el famoso alce irlandés (el mayor de los cérvidos) y, por lo tanto con el gamo. Otra especie sarda fue el praemegazeros cazioti; en Creta hubo hasta ocho especies de cérvidos del género candiocervus, con una cornamenta característica en forma de espátula y cuya especie más pequeña medía 40 cm de alzada y la mayor 165 cm.
En Chipre hubo caballos y la gacela (dama mesopotamica).
Candiucervus. |
Myotragus balearicus. |
-Pequeños mamíferos que sufrieron gigantismo. Quizá el más paradigmático fue el conejo gigante de Menorca, nuralagus rex. Se cree que podía sobrepasar los 23 kg, poseía un cráneo y unos orificios auriculares y oculares más pequeños además de ser totalmente plantígrado y con pies y manos cortos y anchos al igual que sus extremidades, una cuarta parte más cortas. Esto fue debido a la ausencia de depredadores. Se extinguió antes de la llegada del hombre probablemente por la competencia de otros animales como el miotrago cuando Menorca y Mallorca quedaron unidas por un istmo al bajar el nivel del mar durante las glaciaciones. El otro gran lagomorfo fue la pika sarda, prolagus sardus, que se extinguió a finales del siglo XVIII o principios del XIX.
También hubo lirones gigantes, hynomys mahonensis e hynomys morpheus en las Baleares o Leithia melitensis en Sicilia-Malta. Terminamos con musarañas gigantes en varias islas del género Nesiotites.
Nuralagus rex. |
-Carnívoros y omnívoros. El cuón sardo (cynotherium sardous) es el único ejemplo conocido de cánido insular, también sufrió el proceso de enanismo.
Chasmaporthetes Melei en Cerdeña-Córcega. Fue una hiena de un género ya extinto, que, además fue cazadora y no carroñera. Sus características fisiológicas la asemejaban a los grandes felinos.
Dos especies conocidas de cerdos (suus) en Cerdeña-Córcega y Chipre.
Una especie de primate en Cerdela-Córcega, el macaca maiori y una especie de nutria en Creta, lutrogale isolalutra.
Mención aparte merece la foca monje, monachus monachus, hoy en grave peligro de extinción y endémica de la cuenca mediterránea y Macaronesia.
Cynothetium sardous. |
-En cuanto a las aves solo mencionaré tres que sufrieron el proceso de gigantismo: Tyto baleárica, la lechuza gigante que pesaba sobre 3 kg y tenía 150 cm de envergadura. Se creía un endemismo balear pero recientemente se han descubierto sus restos en la Península Ibérica, Sur de Francia e Italia. El cisne gigante de Sicilia, el mayor que ha existido, cygnus falconeri, con 150-200 cm de altura y 20-30 kg de peso, probablemente no podía volar. Por último el alca imperial (pinguinus impeni) cuya distribución por el Sur llegaba hasta el Mediterráneo.
Paleoloxodon falconeri y cygnus falconeri. |
Miguel Milla Valdivia.
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